jueves, 21 de mayo de 2009

Banda Sonora en época de exámenes

En esta época en la que la responsabilidad te exige exprimir al máximo tu inteligencia y ella, escueta pero soberbiona, se empeña en rechazar los compromisos, suelo recurrir al poder sanador de la música como acompañamiento durante la ardua tarea chapatoria.

Las composiciones de Philip Glass siempre consiguen despertarme del letargo estudiantil, del vago intento por aprehender unos fugaces conocimientos que se empecinan en resbalar por el trampolín de los desechos. Philip Glass puede rizar la inquietud y al mismo tiempo domarla; elevarnos a la catársis y luego abandonarnos en un remanso de paz incorruptible. Y puede componer emociones infinitas con algo limitado: las 88 teclas de su piano, capaces de dibujar (como si fuese la reencarnación del mismísimo Noveccento creado por Alessandro Baricco) al viento con su aria sobre los tejados, de pintar la opereta del arco iris y sus trazados de puente imposible...

Si le es posible permitirse unos minutos con los párpados relajados, disfrute de esta travesía por una de sus creaciones, la soberbia banda sonora de la película The Hours.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo tía, en el ordenador del trabajo no tenemos altavoz.Un besiño

Trilby dijo...

Pues la verdad es que así, sin altavoz... Philip Glass pierde un poquito eh!
Pero no te preocupes, habrá más oportunidades para que lo escuches ;)
Un besiño...